¿Naciste para esto? El gran mito del “talento natural” en la batería
¿Y si no soy tan bueno?, te preguntas constantemente, por eso no te atreves. El miedo no te va a llevar a ninguna parte.
Y, es que solo hay una forma de saberlo, haciéndolo.
Si quieres aprender, y comienzas a aprender y no paras… terminas aprendiendo. No importa la edad, el equipo, la situación económica y, sobre todo, de lo que los demás digan y crean.
Ya es vieja la leyenda que está pasada de moda, de lo que se decía antes sobre el talento: la del “don innato”.
Según este mito, más resistente que una baqueta de roble, solo quienes nacen con ritmo en la sangre pueden dominar un instrumento como la batería. Que si no traes el compás en el ADN, mejor dedícate al ajedrez o al cultivo de bonsáis. Pues no es así, y hay estudios y personas que lo demuestran.
Y, ahí estás tú: con las manos imitando golpes en el aire, los pies juguetones, sintiendo el bombo en el corazón cada vez que escuchas una canción y esa sospecha incómoda unida a la impotencia de que quizá podrías… pero no sabes por dónde ni cómo empezar.
O peor: ya empezaste y alguien –un amigo ignorante, un profesor impaciente, tus familiares, tu propio espejo– te dijo que eres “arrítmico”, que ya estás viejo, que muy caro y ese montón de pretextos. Como si el ritmo fuera un pasaporte que te sellan al nacer, y no un idioma que se aprende cuando así se quiera.
La verdad, aunque menos romántica, es bastante más liberadora: no necesitas talento natural para tocar la batería.
Necesitas ganas, método, una guía… y tal vez una mesa resistente para practicar los primeros golpes.
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Conozcamos a Luis Felipe Gutiérrez: El “antitalento” que venció al talento
Según comenta el propio Felipe “Felo” Gutiérrez, él no fue un niño prodigio, de esos que vez con 2 años de edad y saliendo en videos tocando solos de batería.
No descubrió el groove en una epifanía ni lo bautizó un chamán musical. De hecho, su primer maestro lo etiquetó como “arrítmico” (Cuida tus palabras), sentencia que en muchos casos sería el principio del fin. Pero aquí, por suerte, fue solo el comienzo.
Años más tarde, Felipe, ya convertido en músico profesional con más de 15 discos en el cuerpo y el alma, terminó enseñándole a ese mismo profesor.
Como quien regala fuego a quien lo creía extinguido. Su convicción hoy es clara y firme como un redoblante bien afinado: nadie nace sabiendo, pero todos pueden aprender.
Luis Felipe ya tiene más de 4.000 estudiantes formados y un método que ha guiado a miles desde el absoluto cero (literalmente: sin batería, sin experiencia, sin más equipo que dos baquetas y muchas ganas), Felo ha probado que el talento es, en el mejor de los casos, un atajo, un inicio.
El verdadero camino lo marca la práctica con propósito.
En el siguiente video, pordés ver un poco de cómo da sus clases Felo y cómo explica:
De principiante a Baterista: Tener una ruta clara, sin atajos ni tropiezos
Comenzar a aprender a tocar batería no debería sentirse como comenzar un juego en el nivel de dificultad 1000.
El curso de Luis Felipe ofrece justamente eso: una hoja de ruta que te lleva, desde no saber ni como agarrar las baquetas, hasta interpretar ritmos con solvencia y estilo.
Una hora al día, o incluso menos, basta para comenzar a construir esa versión musical de ti que lleva años esperando.
Y lo mejor: no necesitas una batería cara ni arruinar la paz del vecindario. Con un pad de prácticas, o, sí, incluso los cuadernos del curso del año anterior, puedes comenzar hoy.
¿Qué obtienes con el Curso de Batería Online para Principiantes e Intermedios de Felipe Gutiérrez?
- Una base sólida en lectura musical, técnica de manos, coordinación, uso del metrónomo y repertorio real.
- Módulos progresivos, diseñados como escalones, no como muros.
- Acceso a clases grabadas, mentorías en vivo, PDFs, asesorías y una comunidad vibrante.
- Un plan de estudio flexible, fácil de entender y motivador.
Aprenderás
- Lectura: Leer antes de golpear
Antes de que te atrevas a dar el primer baquetazo, Felipe te enseñará a leer. Desde los primeros pasos de la lectura musical aplicada a la batería, hasta las tablatura de batería. Ahora te parecen chino, pero te llegarán a ser claras y a interpretarlas con las baquetas. Métricas de todo tipo. - Técnica: Golpes te baqueta cualquiera los da, golpes con estilo, no
Agarre correcto, zona de impacto, equilibrio entre manos. Porque golpear es fácil, pero producir buen sonido requiere un nivel de refinamiento que haría sonrojar a un violinista. Aquí desarrollarás fuerza, control y, sobre todo, la paciencia de quien sabe que la precisión se entrena, no se improvisa. - Coordinación: Tu cerebro se va a dividir en 4 y hasta más
No basta con mover las manos. Hay que mover manos, pies y cerebro al mismo tiempo. Coordinación a dos, tres y cuatro vías: ejercicios para que tus miembros aprendan a convivir sin matarse entre ellos. El set de batería, ese pequeño caos ordenado, se convierte en tu campo de entrenamiento. - Musicalidad: Llegar al alma
La batería no es ruido, es lenguaje. Aquí se estudia el valor de cada nota, el ritmo como arquitectura del tiempo, y el porqué de las métricas que incomodan. Lo abstracto se convierte en herramienta para que entiendas, por fin, que un buen baterista no solo marca el compás: cuenta una historia. - El metrónomo: Sin él, nada tiene sentido
Nadie ama al metrónomo al principio. Es frío, implacable, casi tiránico. Pero en este curso aprenderás a domarlo hasta que el tiempo se te meta en el cuerpo como una segunda naturaleza. Y sí, todo esto viene como bonus. Un regalo envuelto en tictacs. - Repertorio: leer, coordinar y ejecutar, sin morir en el intento
Acá se unen todos los puntos: lectura, técnica y musicalidad se ponen al servicio de la música real. Las canciones ya no son estructuras misteriosas, sino mapas que sabrás recorrer. Paso a paso, desarrollarás un repertorio sólido, con sentido y dirección. Lo mejor, escucharás una canción y ya la reconocerás mejor.
Y además…
- Método de práctica de lectura (porque improvisar la práctica es igual a no practicar).
- Hábitos saludables para bateristas (sí, también hay ergonomía en esto).
- Catálogo de prácticas para no repetir lo mismo “ad eternum“.
- Entrenamiento seguro con metas claras (el “rockstar burnout” no es bienvenido).
- Teoría y práctica combinadas con sensatez.
- Y lo más importante: cómo sonar bien, afinado, con intención… y no parecer un batallón en guerra.
Este curso no es para quien busca fórmulas mágicas.
Es para quienes saben que ser sólido no es cuestión de volumen, sino de cimientos, de empeño y orden.
Porque en la música, como en la vida, quien no tiene base, se desmorona con el primer golpe.
El curso está pensado para que aprendas con claridad, sin frustraciones y con una brújula siempre a la vista para que sepas dónde estás.
¿Y si lo único que te falta no es talento, sino decisión?
Si sueñas con tocar con otros, formar una banda o simplemente poder tocar en tu casa las las canciones que te gustan, este curso es para ti. Porque nadie nace sabiendo, pero todos podemos nacer de nuevo cada vez que nos atrevemos a aprender.
Y si te dijeron que no tienes ritmo, respóndeles con redoblantes. La música no es un privilegio: es un lenguaje. Y tú puedes hablarlo.
Con este curso obtienes la base para iniciar y comenzar a crecer.
Ten claro que es un curso de inicio, para que fomentes unas bases firmes. Es justo lo que necesitas para que cuando lo termines, puedas seguir avanzando y practicando con fuerza para llegar a ser un gran baterista.
El primer paso es ahora.